Al menos 110 millones de personas se ven afectadas negativamente por el ruido de las carreteras más transitadas de Europa. La gente tiene que escapar de esta contaminación y acceder a lugares tranquilos para trabajar, relajarse y vivir una vida sana. Tales “zonas tranquilas” deben ser protegidos por la legislación de la UE, pero, ¿cómo funciona esto en la práctica?